Plebiscito, ¿democrático? | El Nuevo Siglo
Viernes, 12 de Enero de 2018

Toda persona racional que ejecuta una tarea ya sea porque ella misma se la ha impuesto o porque le ha sido encargada, al pretender querer darla por terminada, no deja de analizar la manera como la ejecutó. A los ingenieros nos suele suceder eso mismo; una vez que se termina el encargo ya sea este el análisis del estudio de un proyecto de una obra o la ejecución de la misma ya terminado el encargo, satisfechos de lo que se ha hecho, no dejamos de analizar el proceso a través del cual llegamos a los resultados. Si hubiéramos hecho esto o aquello quizás hubiéramos podido obtener mejores resultados o sencillamente nos declaramos que lo que se ha hecho esta conforme a las previsiones y análisis de los buenos dictámenes profesionales. Es lo que se suele llamar el análisis “ex post facto” apelando a una expresión derivada del latín que no tiene sentido diferente al del análisis de los hechos una vez que estos han sucedido.

Las asociaciones gremiales suelen ser foros en donde se debaten con altura los logros profesionales de los cuales no se pueden obtener sino enseñanzas positivas. Es de suponer que personas que tienen responsabilidad en el manejo de las cosas que atañen a todos (todas y todos para atender la absurda orden de un juez) los miembros de una comunidad, digamos los encargados del manejo de la cosa pública que quiérase o no afecta a todos los ciudadanos, también se hagan este tipo de reflexiones aunque sean también como nos lo enseñan los términos latinos cuando ya no hay remedio. Bueno, pero si ellos no lo hacen, los ciudadanos del común si lo hacemos para aplaudir las acciones que se consideran acertadas y señalar las que no nos parecen tanto.

No podemos sino aplaudir los esfuerzos que ha hecho el gobierno, que está en sus últimos meses de actividad antes de que se venzan los ochos años para los cuales le dimos la mayoría de los colombianos, el encargo de manejar este país  que tanto queremos y para el cual deseamos lo mejor. Todos ponemos nuestro granito de arena, como también lo hacen quienes manifiestan su inconformidad. Debemos considerar que lo hacen de la mejor voluntad de ayudar aunque a veces, es justo reconocerlo, los ciega la oposición que no los deja pensar con sensatez adecuadamente lo cual no pretendo significar que no manifiesten su desacuerdo sino que lo hagan con objetividad. 

La consecución de la paz es uno de sus grandes  propósitos que se está logrando. Será recordado por eso. Sin embargo en todo el catálogo de asuntos de los cuales se ha ocupado hay uno que sí debemos calificar como equivocado. Las serias repercusiones que se han manifestado en la marcha de los asuntos públicos. En forma innecesaria convocó un plebiscito (¿democrático?) cuyo resultado no previó. Quienes así actuaron, deben analizar las consecuencias del resultado que le ha costado al país el rumbo que está tomando la política nacional.