George Weah, de Balón de Oro a presidente | El Nuevo Siglo
AFP
Lunes, 22 de Enero de 2018

La leyenda del fútbol George Weah prestó este lunes juramento como presidente de Liberia ante miles de jubilosos partidarios, en el primer traspaso de poderes entre dos presidentes electos en este país desde 1944.

Weah, de 51 años, juró ante la Biblia, a mediodía local, ante el presidente de la Corte suprema, Francis Korkpor, en el mayor estadio de Monrovia, desbordante de público, constataron periodistas de la AFP.

La influyente senadora Jewel Howard-Taylor, elegida vicepresidenta de Weah, exesposa del jefe de guerra y presidente Charles Taylor (1997-2003), también juró su cargo.

Weah ha prometido empleo y educación en el país africano, 15 años después de atroces guerras civiles (1997-2003, 250.00 muertos). 

"Pasé muchos años de mi vida en los estadios, pero el sentimiento que me embarga hoy es incomparable", dijo tras jurar el cargo en el estadio Samuel Kanyon Doe, nombre de quien fuera presidente del país (1980-1990), el único que no pertenecía a la élite "estadounidense-liberiana", descendiente de esclavos libertos en el país norteamericano, y que domina la vida política del país desde hace 170 años.

"Unidos, estamos seguros de lograr el éxito como nación. Divididos, estamos seguros de fracasar", advirtió, haciendo alusión a la guerra civil.

El exfutbolista sucede a Ellen Johnson Sirleaf, primera mujer elegida jefa de Estado en África en 2005, que deja el poder tras dos mandatos consecutivos de seis años cada uno. 

Varios jefes de Estado de países vecinos asistieron a este acto, al que también acudieron amigos y excompañeros futbolistas de Weah, de 51 años, exdelantero estrella del Mónaco, del Paris-Saint-Germain y del Milan AC. 

Weah ganó el Balón de Oro en 1995 y sigue siendo el único africano en haber conseguido el galardón que premia cada año al mejor futbolista del planeta. 

Tras una derrota durante su primera candidatura a la presidencia en 2005 frente a Sirleaf, precisamente, logró trasladar su popularidad al escenario político y obtuvo un escaño de senador en 2014. 

Grupos de voluntarios colocaron el domingo las últimas decoraciones en las calles de Monrovia, donde muchos esperan un verdadero cambio en sus vidas. 

"Es la primera vez que asisto a un traspaso de poder pacífico en Liberia", dijo Samuel Harmon, un vendedor ambulante de 30 años, en la capital. "Toda la esperanza de este pueblo depende de él (Weah). Todos piensan que si fracasa, la mayoría de la gente estará decepcionada con los políticos", aseguró. 

 

- Bajo presión -

 

En sus 12 años al frente del país, Sirleaf logró mantener la paz tras las guerras civiles que dejaron cerca de 250.000 muertos entre 1989 y 2003. 

Pero respecto a las reformas económicas y sociales, su balance es menos brillante y la pobreza extrema se ha extendido en el país, situado entre los peores Estados del mundo en cuanto a salud, educación y desarrollo. 

Durante una misa celebrada el domingo en Monrovia, Weah y Sirleaf mostraron su unidad después de una dura campaña electoral. 

El vicepresidente saliente, Joseph Boakai, vencido por Weah en la segunda vuelta del 26 de diciembre, denunció en un primer momento un fraude en las elecciones. 

Su recurso judicial aplazó la celebración de la segunda vuelta y acortó por lo tanto el periodo de transición. El nuevo presidente no tuvo tres meses, sino uno sólo para formar su equipo de gobierno. 

La investidura "implica la continuidad y también una respuesta a los desafíos de Liberia", había afirmado el domingo la expresidenta Sirleaf a la AFP. 

Weah deberá impulsar la transformación de una economía deprimida y que depende en gran medida del caucho y del mineral de hierro, e intentar responder a las expectativas de los jóvenes que lo llevaron al poder. 

"Quieren verme como un exfutbolista, pero soy un ser humano. Trato de ser excelente y puedo tener éxito", había declarado Weah el sábado, reafirmando que su prioridad es mantener la paz. 

Algunos observadores dudan, no obstante, de su capacidad para atajar la corrupción endémica en el país. 

"Sufre presiones por parte de varias circunscripciones electorales. Es poco probable que nombre a un gobierno reducido de expertos como anunció después de su victoria", opinó Malte Liewerscheidt, un analista político instalado en Londres. 

Los nombres que circulan "indican claramente que nos dirigimos más bien hacia el pago de deudas políticas, lo cual sugiere una continuidad de ciertas prácticas en lugar de una nueva era política en Liberia", añadió.