Celebran primer año de Trump | El Nuevo Siglo
Foto Anadolu
Sábado, 20 de Enero de 2018
Agencia Anadolu

Después de un año de haber asumido su cargo, la popularidad de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, ha obtenido números históricamente bajos y la mayoría de los estadounidenses considera que su presidencia fue un fracaso.

Las nuevas cifras, publicadas este jueves en dos encuestas, evidenciaron que sólo un 37% de los encuestados aprobaron el trabajo que el presidente ha realizado mientras que, en la otra encuesta, cerca de un 60% criticaron la labor del mandatario estadounidense.

La Agencia Anadolu viajó desde Dallas, Texas, a Atlanta, Georgia, para evaluar el nivel de apoyo a Trump un año después de asumir el cargo.

En lo profundo del "Cinturón Bíblico", donde los valores cristianos conservadores tienden a influir en la vida social y política, los partidarios del presidente generalmente tienen una percepción positiva acerca de su desempeño y la mayoría ha adoptado al menos una de sus posturas.

A lo largo de su campaña en la Casa Blanca y más allá, Trump realizó ataques para descartar los medios de comunicación e informes “falsos” que no fueron de su agrado.

Casi todos estaban ansiosos por hablar con la Agencia Anadolu, pero cuando se les pidió que hablaran, la reticencia se sumó, unida a una desconfianza general hacia los medios y lo que calificaron como la incapacidad de la industria para ser honestos.

El dueño de una tienda de armas afuera de Jackson, Mississippi, estaba feliz de hablar, pero no quería que lo grabaran.

Esa renuencia no se limitó a los partidarios del presidente, sino que se extendió a aquellos que temían posibles represalias si manifestaban alguna oposición a Trump.

Una mujer afroamericana de una librería cristiana en Alexander City, Alabama, se mostró preocupada por el discurso que el presidente ha usado con respecto a los inmigrantes y las minorías, y pensó que el uso que está ejerciendo en su cuenta de Twitter era "grosero", pero debido al lugar "dónde vivía", estaba nerviosa de mostrarse frente a la cámara.

Justo a la vuelta de la esquina, un ministro metodista se rehusó a aparecer frente a la cámara por temor a tener una reacción violenta por parte de su congregación. Admitió no estar de acuerdo con Trump en sus políticas, agregando que se sorprendió constantemente por cómo el presidente se comportaba con sus tweets erráticos, declaraciones amenazantes y haciendo pasar hechos cuestionables como la verdad.

Un acercamiento violento

Trump suele responder de forma similar a cualquier crítica y se ha visto envuelto en disputas de alto perfil con nada menos que líderes mundiales, incluyendo al norcoreano Kim Jong-un. Han sido los tambores de guerra los que han incrementado las tensiones y las preocupaciones sobre una confrontación armada nuclear.

El acercamiento violento de Trump ha hecho que sus seguidores lo apoyen bajo la retórica de que Estados Unidos ha perdido respeto y necesita endurecerse para recuperar su prestigio entre las naciones del mundo.

“A veces él llena su boca con muchas palabras, pero eso me gusta un poco porque él no acepta las tonterías de nadie”, comentó George Hopsson, con un fuerte acento sureño sentado en una Barbería en la pequeña ciudad de Wetumpka, Alabama.

“Hasta ahora, me gusta lo que está haciendo. Me gusta que no ha tenido que competir. Él es rico y no tiene que hacerlo. Estoy satisfecho con él por el momento”.

Las opiniones de Hopsson refleja las creencias de la gran mayoría de seguidores de Trump en estas partes con respecto al primer año en el cargo del mandatario, Trump se ha apegado a las promesas que hizo mientras estaba compitiendo por el Despacho Oval.

Ellos reconocen las dificultades de hacer realidad su agenda por medio del Congreso, incluso teniendo el control de ambas cámaras en la legislatura, porque, así como dice Hopsson, “él sí tiene oposición, inclusive los mismos republicanos, pero de una u otra manera, terminan trabajando con él”.

En una protesta poco concurrida de neo confederados en Memphis, Tennessee, algunos seguidores de Trump aceptaron ser fotografiados, pero no accedieron a dar entrevistas frente a la cámara.

En general, se mostraron felices con las medidas que ha tomado el presidente para deshacer muchas de las iniciativas del expresidente Barack Obama, pero esperaban que dichas medidas se hubiesen realizado en un lapso de tiempo mucho más rápido. También se mostraron disgustados por la inhabilidad del Congreso, liderado por los republicanos, de poder hacer algo significativo además de la reforma al sistema de impuestos del país.

Entre las promesas que hizo Trump, se encuentra la revocación de la ley de salud de su predecesor, conocida como Obamacare, una reforma fiscal, generación de empleos, y tal vez lo más osado: la construcción de un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México para frenar la ola de migración de las personas que vienen de países latinoamericanos.

“Creo que tiene un mayor índice de eso, sí”, dijo Dennis Schulze a una pregunta acerca de la habilidad de Trump de apegarse a sus promesas. El residente del estado de Wisconsin, concuerda con Trump, quien dijo que quiere hacer más para ayudar a los veteranos militares. Schulze desea que “hicieran algo para nuestros veteranos y les dieran viviendas”.

Revocamiento de Obamacare

Un tema recurrente en las conversaciones con los seguidores acérrimos de Trump, fue el de la salud.

Después de haber sufrido una humillante derrota para derrocar el Obamacare, Trump y su Partido Republicano abandonaron los esfuerzos, y se concentraron en la reforma fiscal que ha demostrado ser más impopular que algunos recortes de impuestos.

La promesa de acabar con el actual sistema de salud era la prioridad principal de la nueva administración, pero fue mucho más difícil de cumplir que lo que esperaban los legisladores.

Trump ha recurrido a una serie de acciones ejecutivas para desmantelar la ley, pero los reportes indican que estas energías han tomado otras direcciones.

De acuerdo con un informe publicado a principios de esta semana, se estima que 3,2 millones más de estadounidenses terminaron el 2017 sin seguro, comparado al año anterior. Ese 1,3% de incremento es el salto más grande en la cifra desde hace una década y el único aumento anual desde que se promulgaron las principales características de Obamacare en 2014.

“Un mejor seguro para todos. No sé mucho acerca del Obamacare, pero me gustaría ver mejores seguros para las familias”, sugirió Schulze, quien solía conducir camiones y perdió su pierna derecha en un accidente.

Hoy en día se transporta en su silla de ruedas todos los días, durante cinco millas para reunirse con los legisladores en un esfuerzo por aumentar la conciencia hacia los militares veteranos y primeros interventores.

Al igual que Schulze, Hopsson también quiere un mejor sistema de salud.

Él espera que Trump “construya el muro, con suerte el mercado seguirá siendo bueno y mejorará la atención médica para todos. Eso es lo más importante”.

Por fuera de sus seguidores de base, a Trump se le está dificultando obtener el apoyo y los votos de aquellos que no están de acuerdo con él.

Pero la balanza que estaba a favor del presidente, puede estar llegando a un momento de cambio, incluso en lo más profundo del sur, con los republicanos que se inclinaron fuertemente por Trump en las elecciones presidenciales.

Los republicanos perdieron lo que creían era una ganancia segura en el índice del Senado de Estados Unidos en Alabama. Trump avaló al candidato que fue acusado de actos sexuales indebidos y la derrota del mes pasado no fue solamente humillante sino un indicio de rechazo en medio de los votantes.

Si ese giro continúa apareciendo en las elecciones especiales a mitad de año, dada la inclinación del presidente por la distracción manufacturera y la creación de caos, el tiempo restante de Trump en el cargo podría ser más decisivo que sus primeros 365 días.