Weeasethakul, el hombre que hizo un cine de lo imposible | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Jueves, 19 de Enero de 2017

Una  particular visión de su país, en el que aborda con lirismo cuestiones políticas y sociales, es lo que ha presentado el aclamado director de cine tailandés, Apichatpong Weerasethakul, a quien se le rendirá tributo en el 57 Festival Internacional de Cine de Cartagena.

Ganador en 2010 de la Palma de Oro en el Festival de Cannes, la obra de este director asiático parte  de narrativas habitualmente no lineales y con un fuerte sentido de la dislocación, se ocupa de la memoria de su país, abordando todas las situaciones internas con un particular estilo.

Weerasethakul, que ha hecho posible un cine de lo imposible, íntimamente ligado a las artes visuales, gracias a Kick the Machine y Revista Kinetoscopio, estará en Cartagena del 1 al 6 de marzo, para presentar siete largometrajes, tres de sus cortos, una instalación y realizar un Master Class en el Salón Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI).

Será un emotivo homenaje y agradecimiento del Ficci a un director que ha reinventado el cine y sus posibilidades poéticas y expresivas desde un lugar ajeno a los centros tradicionales y dando aliento a voces sumergidas por el colonialismo, las tragedias históricas y la racionalidad.

En las películas de Weerasethakul la más cruda realidad, la fantasía más inspirada, los sueños, las pesadillas y los fantasmas conviven en un mismo espacio narrativo, bajo las propias reglas del director pero con una indudable conexión con la cultura que lo nutre.

Promotor del cine más arriesgado e independiente, a través de su compañía Kick the Machine, en sus películas experimenta con elementos tomados de las estructuras dramáticas de los programas de radio y televisión de su país, así como de los cómics y el cine antiguo.

Sus historias se inspiran en las formas de vida y valores culturales y espirituales de los pequeños pueblos de su país, y utiliza en muchas ocasiones actores naturales y diálogos improvisados para explorar los límites entre la ficción y el documental.

Su primer largometraje, Mysterious Object at Noon (Dofka Nai Meuman, 2000), mezcla de documental y ficción, fue exhibido y premiado en múltiples festivales del mundo, e incluso fue elegida por las revistas especializadas Film Comment y The Village Voice como una de las mejores películas del año 2000. Blissfully Yours (Sud sanaeha, 2002), una historia de amor en medio de la selva que termina en desastre, fue ganadora en la sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes.

 En The Adventures of Iron Pussy (Huajai Toranong, 2003), una bella heroína resuelve crímenes para el gobierno tailandés, a pesar de que éste la suele considerar indecente por su apoyo público a la industria del sexo; en su última misión, la protagonista no solo descubre actividades ilegales, sino también su pasado y su primer amor.

Tropical Malady (Sud Pralad, 2004), ganadora del Premio del Jurado en Cannes, es un canto a la belleza del ser humano y al poder de los recuerdos y la imaginación, a través de la experiencia de un soldado que va, solo, al corazón de la selva, donde las leyendas locales dicen que los humanos pueden ser transformados en otras criaturas. Syndromes and a Century (Sang Sattawat, 2006), primera película tailandesa en la competencia del Festival de Venecia, se estructura en dos partes que hacen eco la una de la otra, con dos personajes que están inspirados en los propios padres del director.

Con Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives (Lung Boonmee Raluek Chat, 2010), se consagró en Cannes al recibir la Palma de Oro de ese año, presentando a un anciano moribundo que ha elegido pasar sus últimos días rodeado de sus seres queridos en el campo, donde el fantasma de su difunta esposa parece cuidarlo, y su hijo perdido hace mucho tiempo vuelve a casa en una forma no-humana.

Cierra la muestra de largometrajes Cemetery of Splendour (Rak Ti Khon Kaen, 2015), película en la que una joven médium, enamorada de un soldado durmiente, es capaz de penetrar en sus sueños y unos doctores que quieren reanimar al grupo de soldados inconscientes con distintas composiciones de luz, nos transportan al mundo espiritual y afectivo del director.

Por último se presentarán los cortometrajes Empire (2010), Ashes (2012) y Mobile Men, segmento que hace parte del film colectivo Stories on Human Rights (2008) y la instalación Fireworks (2015), con la que el director tailandés aborda otro lenguaje y nuevos espacios para darle cauce a sus obsesiones.

Esta instalación es descrita así por Weerasethakul: "Un espacio que acoge un ritual donde la gente se reúne simplemente para disfrutar de la luz. Es la forma más primitiva de cine cuando las historias fueron imaginadas en una fogata. “El trabajo es un reflejo de mi 'hogar' en Mae Rim, Chiang Mai, Tailandia”, confesó el director.

El lugar está rodeado de insectos, calor y humo durante marzo. También está junto al campamento del ejército. Desde el golpe de Estado de mayo de 2014, la junta militar ha silenciado a los críticos por la fuerza y la intimidación. Las calles están libres de manifestantes".