¿Un 2017 lleno de esperanza? | El Nuevo Siglo
Miércoles, 4 de Enero de 2017

Llegó el 2017, lleno de expectativa y esperanza para los colombianos, aunque todos los pronósticos e indicadores digan lo contrario. Esa siempre ha sido una de las características inherente a nosotros, de ahí el conocido refrán; "lo último que se pierde es la esperanza" o "los colombianos somos un acto de fe".

En el 2017 sentiremos una reforma tributaria que, según el Gobierno, era estructural, pero que finalmente resultó regresiva para unos y para otros casi que confiscatoria. Llega un año en el que estrenaremos gobierno americano, el cual seguramente no comparte ciertas cosas de lo que hemos venido haciendo en Colombia en temas como el narcotráfico, el proceso de paz o las relaciones internacionales con países como Venezuela.

Se iniciará también un año de alistamiento electoral donde las candidaturas a la Presidencia de la República harán que nos entretengamos en ese debate y los problemas reales como el endeudamiento externo, el nuevo déficit fiscal que se presentará, la reducción aún mayor de las exportaciones, el bajo crecimiento económico y la corrupción serán temas que no faltarán. Por eso necesitamos de la fuerza, energía y hasta el sentido de humor que otros países no tienen para sobrepasar los momentos de dificultad del 2017.

Ojalá nuestra clase dirigente tanto gubernamental, como política y económica se comprometiera en estar atenta a estas posibles circunstancias y aplicaran los remedios adecuados o promovieran un gran pacto contra el delito y la corrupción. Si tuvieran éxito en esa labor, con los recursos que recuperaríamos podríamos superar los faltantes fiscales. De lo contrario, toda nuestra esperanza y optimismo se perderá prontamente y si a estos problemas le agregamos el estado de pesimismo y frustración, el balance del año será poco deseable.

Mi invitación es a la responsabilidad en el manejo de las políticas públicas y económicas como en la conciencia que el pueblo no aguanta más escándalos ni malos manejos. Ya a nivel internacional cada día hay menos interés en invertir en Colombia y muchas dudas en el interior. No dejemos que el interés que queda se acabe. Y por último no permitamos más, que mientras unos se llevan la plata en su bolsillo, una gran parte de nuestro pueblo no tenga acceso a las  condiciones mínimas de vida y en algunas regiones los niños mueran de hambre o enfermedades.

Queremos más acción de Gobierno, la responsabilidad y dedicación de nuestra clase dirigente, la prudencia con el gasto público y menos palabrerías y discursos engañosos. Y ojo también con los temas internacionales, no sea que algún día nos despertemos con menos territorio por decisión de los tribunales internacionales de los conflictos que tenemos con países limítrofes.