Los dulces pueden ser nutritivos | El Nuevo Siglo
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Sábado, 21 de Enero de 2017
Redacción Economía

Dice el adagio popular que ´en las crisis nacen las grandes ideas´ y Rafael Buitrago junto a Rosario Díaz, dan plena fe de ello. Hacia 1999 Colombia no pasaba por su mejor situación económica, lo que llevó a un aumento del desempleo y a que muchos no encontraran una fuente fija de ingresos, como le ocurrió a esta pareja de esposos.

Pero como las obligaciones no dan espera y Rafael y Rosario tenían cuatro hijas que sostener y sacar adelante, no había tiempo para lamentarse, así que la pareja decidió que era hora de independizarse y apostarle a un negocio propio.

Aunque inicialmente no tenían clara cuál sería la idea que echarían a rodar, muy pronto un amigo de la pareja les mostró la senda por la que debían andar. Así apareció el negocio de las gomitas caseras, un producto del que empezaron a aprender muy rápido convirtiéndose en expertos en su elaboración y comercialización.

Así nació Gomitas Rosita, en honor a la gestora y alma de este emprendimiento que con la ayuda de su fiel escudero, Rafael, se empezó abrir mercado, inicialmente, en tiendas pequeñas de barrio y en las cabinas telefónicas, que para la época eran un ´boom´.

Así pasaron casi 10 años en los que el negocio crecía moderadamente y se consolidaba como la empresa familiar de los Buitrago Díaz. Sin embargo, Angélica, la segunda hija de este matrimonio, quien ya para ese tiempo era una mujer hecha y derecha y trabajaba en el área de mercadeo en una reconocida entidad financiera empezó a pensar que era hora de que Gomitas Rosita evolucionará y dejara de ser un negocio casero para convertirse en algo más grande, lo que la motivó a renunciar a su empleo para dedicarse de tiempo completo a transformar esta empresa.

Aunque esta decisión no fue nada fácil, es claro que lo que se hereda no se hurta y Angélica, al igual que sus papás, tiene el carácter de los verdaderos emprendedores.

Rosario, como jefe de producción, Rafael como líder de comercialización y distribución y Angélica como gerente, empezaron a escribir la nueva historia de este emprendimiento que a partir de ese momento dejó su nombre inicial para convertirse en Magoma, lo que para ellos es una mezcla de magia y gomas.

“La idea con mi llegada era terminar de formalizar el emprendimiento; esto nos implicó tramitar todos los permisos requeridos para empezar a funcionar como una industria de verdad, entre estos, los registros sanitarios exigidos por el Invima, la implementación de los códigos de barras para los diferentes productos y la creación de toda una estrategia de marca que nos permitiera empezar a crecer mucho más rápido”, precisó Angélica.