La mermelada y la vaina | El Nuevo Siglo
Viernes, 20 de Enero de 2017

Qué vaina, muy buena vaina, por ahí es la vaina, nada de vainas, todos acuden a la vaina. La vaina sirve para todo. Para resaltar, para tapar, para quejarse, para ganar, para perder. Pero la vaina está siendo absorbida por la “mermelada”, para demeritar al actual  Gobierno, para descalificarlo. Se usa para todo.

Está cláramente demostrado que quienes se lucraron durante el anterior Gobierno, defendieron la mermelada de la época: AIS, Invercol, Reficar y Odebrecht. Viven muertos de la ira porque Santos cortó la mermelada uribista. No perdonan que haya frustrado la elección de la marioneta, con la que buscaban perpetuar los privilegios que tuvieron durante 8 años.

Con esto de Odebrecht y la Ruta del Sol, la corrupción se ha puesto al descubierto. Por ello acuden como siempre al engaño para evadir ante la opinión pública las responsabilidades. Había que escurrir el bulto a una reunión -en Panamá-  de Tomás con los Nule y los sobornadores brasileros. Se trató de escapar a semejante despropósito, acusando a Santos por haber atendido a varios inversionistas -de común ocurrencia en estos foros- durante una Cumbre Presidencial.

La primera reunión era una buena vaina, del vástago presidencial. La segunda le olió a corrupción al uribismo.

La vaina no quedó ahí. Apareció una fotografía que fue divulgada, en su momento por el anterior Gobierno, mostrando las bondades de la llamada “confianza inversionista”. En ella aparecía el entonces presidente Uribe con la gente de Odebrecht, tal vez con el propio corruptor y sobornador, e increíblemente con la presencia de quien ya estaba en campaña presidencial, el ex ministro Árias. Es una vaina que ello haya ocurrido, en momentos  en que los candidatos buscan financiación. ¿Por qué estaba en palacio y por qué con los de Odebrecht?

La vaina no quedó ahí. El senador Uribe la emprende ahora contra las ex ministras Parody y Álvarez, quienes fueron sus estrellas. Ahora son corruptas.

La vaina es que, como ocurre siempre, lanzan acusaciones sin respaldo alguno, que hacen recordar los famosos 12 millones de dólares que -según el uribismo-  habían entrado a la campaña Santos. Las vainas se lanzan al viento, sin prueba alguna.

Estamos, pues con la vaina de la corrupción, de la azucarada y apetecida mermelada, que envaina a mucha gente, pero sin la vaina esa de la prueba. ¡Qué Vaina!

BLANCO: Con los nuevos “Mosqueteros”: Procurador, Contralor y Fiscal, que tiemblen los corruptos.

NEGRO: Cuidado Iván Duque, que lo están rodeando mal. Qué Vaina.

gabrielortiz10@hotmail.com