Calificadoras no le creyeron a tributaria | El Nuevo Siglo
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Domingo, 22 de Enero de 2017
Redacción Economía

“Nuestra argumentación es que Colombia ha hecho todo lo necesario para consolidar su calificación BBB con perspectiva estable y esperamos que así sea”. Esas fueron las palabras esperanzadoras del ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, la semana pasada en Estados Unidos.

La declaración  se hizo después de que el zar de las finanzas se reuniera con el staff de las tres calificadoras de riesgo Moodys, Fitch Ratings y Standard & Poor's en Nueva York, llevando bajo el brazo el texto de la reforma tributaria que se aprobó a finales del año pasado y que comenzó a aplicarse este mes.

Cárdenas dijo que durante estos encuentros se pudieron  exponer las perspectivas económicas para Colombia en 2017, la recién aprobada reforma tributaria y los incentivos del país para la inversión y la creación de empresa.

“Explicamos todos los desarrollos recientes, las perspectivas, la reforma tributaria, el fortalecimiento financiero de Ecopetrol, decisiones para asegurar un financiamiento adecuado de los programas de  infraestructura de nuestro país, entre otras decisiones que nos van a ayudar al crecimiento  económico”, explicó el funcionario.

Como se recuerda, en repetidas ocasiones Cárdenas insistió en que la aprobación de esa nueva carta de impuestos no sólo era necesaria para solventar en parte el abultado hueco fiscal, sino urgente para evitar que las firmas calificadoras de riesgo degradaran su perspectiva sobre la economía colombiana, sus niveles de inversión y el plan de saneamiento fiscal.

Incluso muchos congresistas que se mostraban renuentes a aprobar la reforma, terminaron cediendo por el riesgo que significaría para la economía colombiana, que apenas creció, 1,2% del PIB con corte a septiembre, un retroceso en esas calificaciones. Es más, se tenía casi que la absoluta certeza de que una vez se aprobará la iniciativa y empezara a aplicarse, se mejorarían esas evaluaciones.

Standard & Poor's no mejora

Sin embargo, esa aspiración no se concretó finalmente. El primer campanazo lo dio Standard & Poor's que mantuvo la perspectiva “negativa” en las calificaciones soberanas de Colombia.

Al explicar las razones de su decisión, la firma indicó que la debilidad de los precios internacionales de las materias primas internacionales (commodities) ha pesado en las perspectivas de exportación, inversión y crecimiento de Colombia, a la vez que la deuda externa ha seguido aumentando de manera pronunciada como porcentaje de sus exportaciones a pesar del ajuste en la cuenta corriente.

En cuanto a la reforma tributaria, la firma indicó que si bien se considera que el paquete fiscal que aprobó el Congreso a finales de 2016 muestra el compromiso político por reforzar la base tributaria durante los próximos años y reducir gradualmente el déficit del gobierno general, “esperamos que la deuda neta del gobierno general como porcentaje del PIB aumente ligeramente hasta 38% en los próximos dos años”.

Precisó que el incremento de tres puntos porcentuales en el IVA (que subió del 16 al 19%) refleja el  compromiso de todos los partidos en Colombia para consolidar las cuentas fiscales.

“Además de esta medida inicial con el IVA, existen otros elementos en el paquete fiscal que deberían mejorar la situación tributaria. El gobierno simplificará el régimen tributario, eliminará varias lagunas legales, tomará medidas contra la evasión fiscal y promoverá la  formalización de la economía. Al mismo tiempo, el gobierno reducirá gradualmente la tasa de impuesto sobre la renta corporativa para impulsar la competitividad. Esperamos que la implementación del paquete fiscal aprobado en diciembre de 2016 aumente los ingresos ampliamente en línea con las estimaciones oficiales para el periodo 2017-2018. Aunado al gasto que se mantiene contenido a pesar del acuerdo de paz, esto debería respaldar una reducción general del déficit fiscal. En el largo plazo, esperamos que estos factores contrarresten en gran parte, pero no totalmente, las pérdidas en ingresos petroleros”, se indicó en la sustentación de la decisión.

También recalcó Standard & Poor's que la carga de intereses ha aumentado considerablemente y que esperaba que se mantenga cerca de 12% de los ingresos.

“Por lo tanto, confirmamos nuestras calificaciones soberanas de largo plazo en moneda extranjera de ‘BBB’ y en moneda local de ‘BBB+’ de Colombia. También confirmamos nuestras calificaciones de corto plazo en moneda extranjera y local de ‘A-2’”, precisó la firma.

Agregó que la “perspectiva negativa refleja el riesgo de que podríamos bajar nuestras calificaciones de Colombia si su balance externo o su carga de deuda fiscal no mejoran dentro de los próximos 18 meses”.

Campanazo de Fitch

Pero al mismo tiempo en que Cárdenas se encontraba en Estados Unidos, otra firma calificadora, Fitch, emitía un informe sobre la situación de los bancos en América Latina.

En el capítulo sobre Colombia hizo una radiografía muy aguda sobre la situación económica y no descartó el riesgo que tendrían los bancos de pasar de una nota estable a negativa.

Respecto a 2016, indicó que había estimado un crecimiento económico de 2.3%, reflejando el ajuste en la política monetaria y el gasto público menor.

Agregó que el crecimiento de los préstamos brutos se desaceleró a 11.7%  a fines de junio de 2016, como consecuencia del apetito de riesgo cauteloso para todos los segmentos y una demanda más débil. La desaceleración se debió a las perspectivas económicas inciertas, el impacto del fenómeno El Niño y los retrasos en los proyectos de infraestructura. Sin embargo, sostuvo la firma, esto todavía no ha tenido una afectación sobre la calidad de activos de los bancos.

Fitch también agregó que “las perspectivas más débiles para la economía colombiana en el mediano plazo resultarán en un deterioro cíclico en los indicadores de calidad de préstamos de los bancos, especialmente en los segmentos más riesgosos: de consumo y microfinanciero”.

Recalcó que si bien la inflación ha mostrado señales de alcanzar su punto máximo, Fitch estima que tomará más de un año para volver al rango meta.

Sostuvo que los riesgos a la baja para la economía permanecerán si el gobierno no logra la aprobación de reformas fiscales necesarias para reducir el déficit fiscal y estabilizar su carga de deuda.

Puntualizó que el riesgo cambiario ha sido una fuente de preocupación para los principales bancos colombianos con operaciones en el extranjero y que la depreciación de la moneda local en 2015 afectó los indicadores de suficiencia de capital.

Reacciones encontradas

Estas dos opiniones de las firmas calificadoras, estando pendientes todavía las evaluaciones de Moodys y la propia Fitch Ratings, generaron reacciones encontradas en Colombia.

De un lado, el ministro de Hacienda, al tiempo que resaltaba la importancia de la colocación de bonos internacionales por 2.500 millones de dólares, dijo que “hemos hecho muy bien la tarea. Con esta colocación los inversionistas del mundo confirmaron el veredicto emitido por Standard & Poor’s sobre la calidad de las políticas económicas de nuestro país. Seguiremos implementando las medidas necesarias para mejorar nuestra calificación”.

A su turno, el superintendente financiero, Gerardo Hernández, dijo que el informe de Fitch se hizo con base en cifras de mediados de 2016 y que no alcanzó a cobijar temas como la reforma tributaria. También recalcó la solidez del sistema financiero en el país.

Pero otros analistas no fueron tan optimistas, ya que consideraron que el mensaje de las firmas es que la reforma tributaria es insuficiente para recuperar la estabilidad fiscal, contrario a los partes positivos que dio el Gobierno para impulsar su aprobación y al dimensionar sus efectos en el corto y mediano plazos.