El muro y la OEA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 1 de Febrero de 2017

El empeño del señor Donald Trump de construir en la frontera con México el muro de seiscientos ochenta kilómetros, en territorio norteamericano, que podría costar veinte mil millones de dólares y  la insistencia  en que esta Nación pague la mitad de la obra, con la amenaza de poner un impuesto del veinte por ciento a los productos aztecas, toca con Latinoamérica, no es  problema bilateral, se relaciona con la violación de derechos humanos.   

Asiste la razón al presidente  Enrique Peña Nieto para haber cancelado la reunión con su homólogo -hablaron largo por teléfono-  al declarar que México no contribuirá en el levantamiento de una pared contra la integración continental, los países del hemisferio tienen que apoyarlo y la Organización de Estados Americanos (OEA)  adoptar  medidas  para impedir el adefesio.

Varios gobernadores y alcaldes en los Estados Unidos han sido enfáticos en que disienten de la muralla,  es notoria la oposición de  autoridades regionales y municipales a determinaciones federales que debilitan el sistema democrático y contrarían principios constitucionales.   

Esta no resuelve migraciones ilegales, no erradica el narcotráfico, ni  contribuye a la legalización de indocumentados, ni impide el paso por otros sitios,  abre un abanico de violencia.  Desde el Rio Grande hasta la Patagonia millones de seres humanos están a la expectativa. La OEA debe intervenir. ¿Qué tal las Naciones Europeas construyendo muros para impedir el ingreso de inmigrantes o alzándolos entre ellos así les asista la preocupación por los  desplazamientos forzados?

El  presidente se distancia de muchos Estados  e inevitablemente estos se unirán para evitar discriminaciones. Existe, sin duda,  situación irregular en el tránsito de indocumentados a los Estados Unidos y ciertamente no ha podido acordarse una política migratoria adecuada, ni establecerse de qué manera sería factible legalizar su situación con el cumplimiento de requisitos indispensables, pero ello no se logra  reduciendo  la política de Estado a la erección de una tapia extendida.                  

Celebramos la caída del muro de Berlín, contribuyó para el desmoronamiento de la Unión Soviética. El proyecto de erigir otro  en la frontera con México indica desconocimiento de la historia y de la realidad. Ninguno  es compatible con la lucha acertada contra el terrorismo y la delincuencia en el mundo. ¿Cómo construir, por ejemplo uno,  para  parar las demenciales acciones del Estado Islámico?

El animador del gobierno espectáculo está en mora de explicar su posición referente a América Latina, un caudal de conflictos se incuba. El aforismo de que el sembrador de vientos, tarde o temprano, recogerá tempestades, aplica en estos primeros días  de la administración cuyo desarrollo y éxito se enmarca en el diagnóstico de pronóstico reservado.