El hombre que visualizó el ARC Gloria | El Nuevo Siglo
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Domingo, 15 de Enero de 2017

Se cumplen 100 años del natalicio del primer oficial de insignia egresado de la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”. Se trata del  Almirante Augusto Porto Herrera, quien nació en Cartagena de Indias el 14 de enero de 1917, y a sus 18 años atendió el llamado de Patria para servir durante 31 años en la Armada Nacional.

El conflicto con el Perú, dejó entre sus lecciones aprendidas, la necesidad de contar con una Armada como fuerza independiente, ya que los buques empleados en la contienda habían sido adquiridos de afán y tripulados con oficiales del Ejército y marineros civiles, quienes sirvieron con heroísmo pero no representaban una solución a largo plazo; es así como se inician las gestiones para abrir nuevamente una Escuela Naval de Oficiales,  para lo cual se contó con la asesoría de la Armada inglesa, a manos del Sr. Capitán Ralph Douglas Binney; en 1935, mediante el Decreto 712 de abril 13, se incorporó el primer contingente de la nueva Escuela Naval, integrado por dos aspirantes de cada departamento. Por el Departamento de Bolívar,  ingresaron Orlando Lemaitre Torres y Augusto Porto Herrera.

Paralelo a la graduación de este contingente de pioneros, en Europa empezaban a soplar vientos hostiles que pronto conducirían a la Segunda Guerra Mundial. Lo que podría parecer lejano, pronto afectaría a Colombia por su estratégica posición y cercanía a la principal línea de comunicación marítima de América: el Canal de Panamá, paso estratégico por donde fluiría la logística de guerra de Estados Unidos. Es así como la Alemania nazi,  consciente de la importancia de ganar el control marítimo en este punto geográfico,  así como de contar con América del Sur como eventual fuente de recursos, envió un número importante de submarinos U-boat a la costa norte de Colombia.

Para ese entonces, el Teniente de Corbeta Augusto Porto Herrera, en desarrollo de actividades de inteligencia,  observó que había una inconsistencia entre el combustible realmente requerido por las goletas y embarcaciones de cabotaje que zarpaban de Cartagena para sus actividades marineras, versus el que estaban transportando, lo cual generaba la inquietud de cuál sería el destino de tanto combustible sobrante. Mediante un detallado seguimiento, el  Teniente Porto descubrió que algunas embarcaciones estaban suministrando combustible y víveres a los submarinos alemanes que amenazaban el tráfico marítimo del Canal de Panamá. Es así como se prendió una alerta temprana que generó acciones disuasivas por parte de la Armada de Colombia para mitigar una mayor afectación a nuestros intereses marítimos. 

Como si la amenaza externa no bastara, el conflicto interno generado por la confrontación política interna bipartidista representaba una bomba de tiempo en contra de la estabilidad nacional, siendo su principal brote el 9 de abril de 1948 a manos de una turba alimentada con malintencionadas proclamas comunistas.  A pesar de la devastación,  fueron los militares quienes restablecieron la democracia. Quedaron algunos focos de insurrección,  los cuales fueron soterradamente patrocinados por la URSS, en el marco de la Guerra Fría, con el fin de promover revoluciones comunistas en América Latina.

Estos nuevos retos tendrían que ser afrontados con inteligencia y liderazgo por la cúpula militar para lograr mantener la democracia nacional. Es así como en el año 1959, el  Presidente de la República, Alberto Lleras Camargo, nombró al  Capitán de Navío Augusto Porto Herrera como comandante de la Armada Nacional.  En ese mismo año, la toma del poder en Cuba por parte de Fidel Castro, alentó aún más el ambiente revolucionario en nuestro país, lo cual se vio reflejado en el aumento de actos terroristas por parte de las guerrillas comunistas.

Como parte de las medidas contundentes implementadas por la Armada Nacional se destacó  tropas de Infantería de Marina en el oriente del país, y se fortaleció el control marítimo y fluvial. Ante esta firmeza, el terrorismo reaccionó mediante un cobarde atentado en contra del Almirante Porto en su residencia, el cual fue repelido y neutralizado por el mismo con su subametralladora Madsen 9mm, junto con los Infantes de Marina y Policía Militar que custodiaban la Casa del Comando

Visualizando el buque escuela

Como Comandante de la Armada Nacional en el lapso 1959 a 1964, logró comprometer la aprobación de los fondos necesarios para la construcción del buque insignia ARC “Gloria”. Durante una revista naval en la bahía de Cartagena con presencia del presidente Guillermo León Valencia, durante el evento, el  Almirante Porto le iba explicando las características de las embarcaciones r; ante un espacio vacío en la formación de los buques surtos en el puerto, el comentó: “este es el velero buque-escuela”. El Sr. Presidente, sorprendido, dijo: “pero ahí no hay ningún buque”, a lo que le contestó: “ese es el problema, que no hay un buque-escuela y la Armada debe tener uno”.

Meses después, en la Semana Santa de 1964, a bordo del yate presidencial “ARC Bell Salter”, logró comprometer al entonces Ministro de Guerra,  general Gabriel Revéiz Pizarro, a incluir en el presupuesto nacional los fondos para la compra del que sería el buque escuela ARC Gloria, siendo su nombre en honor a la señora esposa del  general Rebéiz Pizarro, doña Gloria Zawadzky. Posteriormente, el Señor Almirante Orlando Lemaitre Torres se encargaría de materializar ese sueño.

Como anécdota, dentro de sus actividades como Comandante de la Armada, se recuerda que en el año 1962, fue anfitrión del Príncipe Felipe de Edimburgo, quien vino como Almirante de flota de la Armada Británica. En su recorrido en un automóvil descubierto por las calles de Cartagena, los ciudadanos se preguntaban: ¿Y quién ese tipo que va con el Mono Porto?

Dentro de sus gestiones más importantes estuvieron el fortalecimiento de la Infantería de Marina para salvaguardar el orden público con énfasis en el oriente colombiano, foco de acciones terroristas durante la décadas de 1950 y 1960. Dentro de esta estrategia, junto con el  ministro de guerra, general Alberto Ruiz Novoa,  fue uno de los líderes militares que participó e impulsó al Plan Lazo. Este combinaba las acciones cívicas y militares, y condujeron a la pacificación casi total del país.

También  gestó  la construcción y traslado de la Escuela Naval “Almirante Padilla” a la isla de Manzanillo, en Cartagena; el traslado del Comando de la Armada Nacional del edificio Bochica al actual Centro Administrativo Nacional, CAN al igual que  gestionó  la primera participación de la Armada Nacional en las operaciones Unitas, en las cuales ha venido operando de manera ininterrumpida hasta la fecha y la organización y responsabilidad que le mereció el aprovisionamiento con buques cisterna colombianos de combustible a todo el occidente del país, desde la ciudad de Cartagena de Indias.

Luego de la destitución que el  presidente Valencia hizo del general Ruiz Novoa por un supuesto plan de dar un golpe de Estado, aquel le ofreció el ministerio de guerra al. Almirante Porto, pero éste le dijo que los ánimos en el Ejército estaban muy caldeados y que no era conveniente nombrara a un oficial de otra arma en esa posición. El Sr. Presidente Valencia le agradeció su generosidad y valor patriótico y encargó al  General Rebéiz Pizarro del ministerio de guerra.

El almirante Augusto Porto  Herrera ocupó diferentes e importantes cargos durante su carrera militar y fue objeto de diversas condecoraciones nacionales y extranjeras. Se retiró del servicio el 16 de diciembre de 1996, siendo vicealmirante y falleció en Caracas el 6 de julio de 2002

Texto de Augusto Manuel Porto Arrázola (hijo) y Teniente de Navío José Alejandro Porto Morales (nieto).