Trump quita financiación a ONG´s que apoyan el aborto | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Martes, 24 de Enero de 2017
Redacción internacional con AFP

Varias y radicales han sido las primeras medidas adoptadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en tan solo cinco días de mandato. Su primera resolución, horas después de posesionado fue contra el Obamacare y ayer adoptó varias y trascendentales decisiones: retiro a EU del Acuerdo Transpacífico, puso límite a los contratos federales, anuncio una posible alianza con Rusia en Siria, envió un claro mensaje sobre la Otan al señalar que es un compromiso inquebrantable y firmó un decreto que impide financiar con fondos federales ONG extranjeras que apoyan el aborto.

Trump adoptó esta última la medida al día siguiente del 44 aniversario de "Roe V. Wade", el fallo emblemático del Tribunal Supremo que legalizó el aborto en 1973 en Estados Unidos, y dos días después de que millones de estadounidenses se manifestaran por sus derechos.

"Las mujeres más vulnerables del mundo van a sufrir esta política, que mina años de esfuerzos a favor de la salud de las mujeres", reaccionó Cecile Richards, presidenta de Planned Parenthood, la red más grande de planificación familiar de Estados Unidos.

"Esto va a provocar cierres de clínicas en el mundo entero, y un aumento de los embarazos no deseados y de abortos peligrosos", advirtió haciendo un llamado al "combate".

El decreto firmado por Donald Trump "representa una agresión contra la salud de las mujeres", juzgó por su parte la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles (ACLU).

Conocida también como "Mexico City Policy" porque fue anunciada durante la presidencia del republicano Ronald Reagan en la conferencia internacional de Naciones Unidas sobre la población celebrada allí en 1984, la medida puesta de nuevo en vigor por Donald Trump prevé que los fondos federales de ayuda internacional no puedan ser asignados a ONG extranjeras que practican el aborto o militan para que sea legal.

Esta restricción fue anulada por el demócrata Bill Clinton (1993-2001), puesta en funcionamiento por el republicano George W. Bush (2001-2009), y anulada de nuevo por Barack Obama (2009-2017).

Apuntalados por la victoria de Donald Trump el pasado 8 de noviembre, los contrarios al aborto en Estados Unidos se movilizaron y aprobaron, el mes pasado, en los estados en los que gobiernan, duras y cuestionadas medidas antiaborto.

El nuevo presidente, por su parte, se apresuró a nombrar en el Tribunal Supremo un juez ferozmente opuesto al aborto, precisando que esta nueva relación de poder en la alta jurisdicción podría desembocar "automáticamente" en la anulación del fallo "Roe v. Wade".

Retiro de Transpacífico

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró a su país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) al que durante la campaña electoral calificó de "asesino de empleos".

El TPP había sido impulsado y firmado por su antecesor en la Casa Blanca, Barack Obama, con el objetivo de formar la mayor zona de libre comercio del mundo.

"Hemos hablado mucho de esto durante mucho tiempo", dijo Trump mientras firmaba la orden ejecutiva ante periodistas. "Lo que acabamos de hacer es una gran cosa para los trabajadores estadounidenses", dijo.

"Vamos a tener comercio, pero vamos a hacerlo uno a uno. Y si alguien no se porta adecuadamente le enviaremos una carta de fin del acuerdo, con 30 días para que corrijan la conducta o de lo contrario nos retiraremos", advirtió.

Ese tratado, concebido como un contrapeso a la influencia creciente de China, fue firmado en 2015 por 12 países de la región Asia-Pacífico, pero no ha entrado en vigor.

Los países signatarios, que representan casi 40% de la economía mundial, son Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

La administración Obama consideraba al TPP como el mejor tratado posible porque incluye no solo la eliminación de barreras comerciales, sino también normas sobre legislación laboral, ambiente, propiedad intelectual y compras estatales.

En contrapartida, durante toda la campaña Trump afirmó que los acuerdos comerciales firmados por Estados Unidos provocaron una salida de industrias hacia otros países, dejando un rastro de desempleo en el interior del país.

En sintonía con esa visión, ya adelantó que pretende conversar con el primer ministro de Canadá y el presidente de México una "renegociación" de las bases del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, porque lo considera desventajoso para EEUU.

La salida de EEUU del TPP, sin embargo, puede tener enorme impacto para el ambicioso proyecto comercial. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ferviente defensor del tratado, admitió a fines de 2016 que sin Estados Unidos el TPP "no tendría sentido".

Ruido interno

En el plano interno surgieron los primeros ruidos en la comunicación entre Trump y los líderes de su partido Republicano. El senador John McCain apuntó que la salida del TPP es "un serio error que tendrá consecuencias de largo plazo para la economía estadounidense y nuestro papel estratégico en la región de Asia y el Pacífico".

El freno a las contrataciones en agencias federales también formaba parte de las propuestas de campaña, e incluso era una de las ideas de un paquete de seis iniciativas para "limpiar la corrupción" en Washington. Trump dijo ante la prensa que la medida no afecta al sector militar. 

Más temprano, Trump recibió a 12 ejecutivos de grandes compañías, a quienes prometió recortes "masivos" de impuestos y una reducción de 75% de las regulaciones.

"Creemos que podemos reducir la normativa en un 75%, quizás más", afirmó Trump ante representantes de pesos pesados como Ford, Lockheed Martin, Dell, Johnson & Johnson, entre otros. "Vamos a bajar los impuestos masivamente, tanto para la clase media como para las compañías", señaló.

 

Rusia y EI

 

Entretanto, Trump dijo que  Estados Unidos está abierto a la idea de llevar a cabo operaciones militares conjuntas con Rusia contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en Siria, afirmó el portavoz de la Casa Blanca.

El anuncio del Ejecutivo estadounidense tiene lugar tras un desmentido del Pentágono sobre una "operación conjunta" en Siria, anunciada en Moscú.

"Si hay una posibilidad de combatir al Estado Islámico con cualquier país, sea Rusia o sea otro, y compartimos un interés nacional sobre la cuestión, entonces claro que estamos a favor", afirmó Sean Spicer en su primera conferencia de prensa bajo la presidencia de Donald Trump.

De acuerdo al Ministerio de Defensa ruso, el comando de su contingente aéreo en Siria recibió el domingo "de la parte estadounidense (...) las coordenadas de blancos del EI situados cerca de Al Bab, en la provincia de Alepo" (norte), antes de efectuar ataques "contra enclaves de los terroristas" con dos aviones de la coalición internacional liderada por Washington.