Ecuador en campaña | El Nuevo Siglo
Sábado, 28 de Enero de 2017

En el vecino país se libra una intensa lucha por el poder con miras a la cita en las urnas del próximo 19 de febrero en que se escogerá al sucesor de Rafael Correa. En medio de la recta final de la puja proselitista, cada día parece agigantarse sobre el gobierno la sombra del escándalo de sobornos y negociados en construcción de obras públicas que involucra a la multinacional brasileña Odebrecht. Las pesquisas indican que habría girado más de 38,5 millones de dólares a  políticos corruptos de la administración Correa entre 2007 y  2016. El tsunami político y judicial es probable que dé al traste con el prestigio de influyentes políticos. Es más, ya hasta se dice que para esquivar el escándalo que asomaba en el horizonte es que el gobernante no buscó una nueva reelección. Incluso que para desviar la atención de la población sobre las coimas Correa está atacando a sus opositores y movilizando a sus seguidores a favor del candidato oficialista Lenin Moreno.

Por ejemplo, el Presidente sostuvo una dura confrontación con el poderoso alcalde de Guayaquil y ex gobernador de Guayas, Jaime Nebot, al que acusó de tener negocios turbios con una compañía de Brasil. El señalado no sólo negó los cargos sino que amenazó con denunciar al gobernante por calumnia. Y, de paso, Nebot le exigió a Correa que mejor explique los nexos de sus subalternos y familiares con Odebrecht y la distribución de coimas en Ecuador.

En medio de ello, la campaña presidencial avanza como en campo minado. Esta semana en la Cámara de Comercio de Guayaquil se dio el debate entre siete de los ocho candidatos, con la sensible ausencia de Moreno, el aspirante gobiernista. Para tratar de justificar su inasistencia sostuvo que está en desacuerdo con la realización de "debates basados en la confrontación y en conductas y actitudes que devalúan la verdadera política como instrumento de servicio ético al país". En la oposición, por el contrario, se dice que a pocos días de las urnas este figura de primero en las encuestas y confía que la división de sus rivales le facilitará el triunfo.

El citado debate se desarrolló con altura y muestras de elocuencia. Fueron siete las preguntas clave que matizaron la discusión sobre  mercado laboral, política tributaria, reglas macroeconómicas, corrupción y libertad de expresión, entre otros temas. Los aspirantes Patricio Zuquilanda, Iván Espinel, Cynthia Viteri, Paco Moncayo, Abdalá Bucaram Pulley, Washington Pesántez y Guillermo Lasso respondieron de forma ordenada. pero fue claro que hay diferencias de criterio muy marcadas entre ellos.

Uno de los temas que más suscitó atención e interés de los candidatos por exponer sus programas fue el del empleo. Todos sin excepción se comprometieron a incentivar un mayor desarrollo económico para generar  nuevas plazas de trabajo. Incluso entre la candidata del Partido Social Cristiano, Cynthia Viteri, se dio un duelo de palabras sobre política laboral con Lasso.

Sin embargo el riesgo de que la atomización de las huestes antigobiernistas lleve a que el régimen del “socialismo del siglo XXI” que enarbola Correa se mantenga en el poder, ya está llevando a la oposición a replantear su estrategia. Por ejemplo,

Zuquilandia, uno de los más duros opositores al Ejecutivo, manifestó que todos los candidatos de la oposición, al menos los más fuertes, debían unir su voluntad para derrotar el continuismo, so pena de perder una oportunidad de oro para generar un cambio político que urge la mayoría de los ecuatorianos.

El sentimiento de rechazo hacia el Gobierno se acrecienta día a día en muchos sectores políticos, económicos, sociales e institucionales. Crece el descontento entre la ciudadanía y la población indígena, no solamente por los escándalos en los que está envuelto el Ejecutivo, sino por cuenta de la crisis de la economía, lastrada por la caída de los precios del petróleo. Correa dispuso de los fondos provenientes de los hidrocarburos a discreción. Aunque una parte fue utilizada en infraestructura y en populismo social, el resto se dilapidó, sin que hasta ahora nadie rinda cuentas por ello. Ya asoma, incluso, el riesgo de una recesión por la descolgada del producto interno bruto.

Como se ve, Ecuador se apresta a ir a las urnas para escoger a su nuevo Presidente en medio de un escenario político, económico y social muy candente. Aunque el aspirante oficialista parece tener la ventaja, si la oposición logra un acuerdo en estas dos semanas podría reunirse alrededor de un solo candidato y convertirse en opción real de poder.