Detroit renace, pujante, como el “Ave Fénix” | El Nuevo Siglo
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Martes, 17 de Enero de 2017
Agence France Presse

Los rascacielos vuelven a mostrar nombres de multinacionales, bares y restaurantes afloran por doquier. Detroit, cuna de la industria estadounidense del automóvil, renace de la bancarrota que hace tres años hundió fábricas y desató un masivo éxodo de desempleados.

En una jornada glaciar de enero, la circulación es muy pesada en el centro de la ciudad en donde casi no hay lugar para estacionar el auto.

Cerca del centro, los trabajos en el gigantesco complejo deportivo Little Caesars Arena, operado por Olympia Entertainment, están en su etapa final y su apertura está planeada para setiembre.

Esa arena, cuyo presupuesto supera los 700 millones de dólares, será compartida por los equipos locales de básquet, Detroit Pistons y de hockey Detroit Redwings pero además acogerá eventos culturales, como conciertos. Sus 60 palcos se arrendaron en menos de un menos a un precio de 3 millones de dólares con derecho a utilizarlos por 10 años.

"Detroit tiene hoy una dinámica que no tenía antes", dice Tom Wilson, presidente de Olympia Entertainment. 

Caída de la población estable-

Al noreste de la ciudad, las instalaciones de 16 hectáreas en las que se armaban los autos Packard están modernizándose tras décadas de abandono. Allí se fabricaban los motores Rolls Royce Merlin para los cazas Mustang que se desplegaron en la Segunda Guerra Mundial.

Para repoblar el centro de la ciudad, hasta ahora casi abandonado debido a la delincuencia, se multiplican las construcciones residenciales y también las cámaras de vigilancia privada

Según la policía la cantidad de muertos bajó en 2015 a su menor nivel en medio siglo, antes de subir 2,3% en 2016 a 302 crímenes.

"Es un gran cambio comparado con hace 10 años. La tasa de empleo se disparó y los precios explotaron", asegura Sandy Baruah, presidenta de la Cámara de Comercio.

La población de Detroit, que estaba declinando, se estabilizó y en 2016 era de unos 677.000 habitantes.

Las dificultades padecidas en los años 2000 por las "Tres Grandes" (General Motors, Fiat Chrysler y Ford), pulmón económico de Detroit, se hicieron más terribles cuando la municipalidad de Detroit cayó en bancarrota ahogada por una deuda de más de 18.000 millones de dolares.

El multimillonario Dan Gilbert, dueño del equipo de básquet Detroit Pistons, y su estrella Lebron James, son algunos de los salvadores de la ciudad. 

Nacido en Detroit, Gilbert invirtió más de 3.500 millones de dólares al comprar por una miseria más del 95% de los inmuebles abandonados del centro de la ciudad.

"Detroit era el Silicon Valley de los años 1950 y 1960 y eso me quedó para siempre en la cabeza", recuerda.

Diversificar la economía para ya no depender exclusivamente de la industria del automóvil es el objetivo de Detroit. La ciudad se muestra ahora como el lugar ideal para servicios relacionados con la movilidad, logística y desarrollo de tecnologías relacionadas con finanzas.

Abess Makki, cuyos padres huyeron de la guerra de Sierra Leona, creó una aplicación que permite administrar el consumo de agua para evitar que se evada su pago.

"Fue difícil porque debí hacer muchos pequeños trabajos para financiar todo", dice este estudiante que acaba de filmar un contrato de tres años con el municipio.

El semillero de empresas dedicadas la innovación (start up) reemplaza a las compañías abastecedoras de la industria del automóvil y una línea de tranvías de 5,3 km será inaugurada en la primavera boreal.

Disparidades

Todos esos esfuerzos hicieron que la tasa de desempleo cayera a 10,4% contra 16,9% de noviembre de 2013; fecha de la bancarrota.

El milagro económico no beneficia aún a todos. A lo largo de la avenida Jefferson se suceden casas y mansiones abandonadas y destrozadas. Eso es una prueba de los desafíos del futuro.

Conscientes de las disparidades económicas, los poderes públicos estimulan a abrir comercios cerca de esa zona.

Alana Rodríguez, de origen mexicano, abrió en agosto una tienda de ropa en un barrio del sureste de la ciudad habitado mayoritariamente por hispanos.

"Se necesitaba tener un espacio", dice. "Quisiera que todos los niños que entren a mi tienda me miren a la cara y digan 'entonces yo puedo también hacerlo'".