C. Constitucional se ‘inaugura’ este año con definición de Zidres | El Nuevo Siglo
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Lunes, 16 de Enero de 2017
Redacción Política

La primera Sala Plena de la Corte Constitucional este año, la cual se verificará este miércoles, será para resolver la demanda que radicó el senador Jorge Robledo contra la Ley que creó las Zidres (Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social), por medio de la cual el Gobierno pretende que se desarrollen baldíos de la nación en regiones alejadas y de difícil acceso.

Ya venció el plazo que tenía hasta el año pasado el alto Tribunal para definir este expediente, por lo que debió suspender el término, pues el pasado 11 de noviembre frente a la ponencia que presentó el magistrado Luis Ernesto Vargas, solicitando tumbar varios artículos de la norma, cuatro magistrados votaron a favor de su exequibilidad, aunque con algunos acondicionamientos, en tanto que los otros cuatro togados votaron por el hundimiento en su totalidad de esta ley.

Como consecuencia fue designado el jurista Germán Quintero como el conjuez que tendrá que dirimir este empate, vicerrector de la Universidad Sergio Arboleda, quien participará en la sala programada para este miércoles en una nueva votación que adelantará el alto Tribunal con el fin de resolver esta demanda.

Uno de los artículos de esta Ley que en la ponencia el magistrado Vargas consideró que es inconstitucional es el que modifica las reglas de la Unidad Agrícola Familiar (UAF), pues quienes han acumulado baldíos que superan esta Unidad pueden conservarlos y adelantar proyectos productivos.

La ponencia del magistrado Vargas de igual forma restringe las Zidres no sólo en los resguardos indígenas y zonas de reserva campesina, sino también en los territorios colectivos indígenas que estén en proceso de titulación. 

El senador Robledo y los demás accionantes indican en la demanda que con la Ley de Zidres se vulnera el principio de cosa juzgada constitucional porque se reproduce el contenido de artículos de la Ley 1450 de 2011, que fueron declarados inexequibles por la Corte Constitucional.

En este sentido se hace referencia, entre otros, a la prohibición de adelantarse proyectos productivos dentro de estas zonas a las personas que ostenten propiedad sobre bienes inmuebles adjudicados como baldíos después de la expedición de la Ley 160 de 1994; a la habilitación al Ministerio de Agricultura para orientar y focalizar los estímulos e instrumentos de política a los proyectos productivos que suscriban en las Zidres.

Mientras que el senador Alberto Castilla, también del Polo Democrático, manifestó que “las Zidres cambian el sentido de la normatividad, reforman la Ley 160 del 94, donde los baldíos de la nación deben ser objeto de reforma agraria, entregársela al campesinado, y en este caso bajo el argumento de que no se cede la propiedad, se le entrega al empresariado para que desarrolle un proyecto a perpetuidad, son 20, 30 años de duración del proyecto y que se pueden renovar”.

En tanto que Robert Daza, representante a la Cumbre Agraria, ha dicho que “mi principal argumento es que con esta Ley van a quedar afectados los patrimonios que tenemos como campesinos que son los baldíos, pero también se desconocen las formas propias de vida y de producción que tenemos como campesinos, se van a implementar monocultivos que dañan el medio ambiente, contaminan el agua y afectan la soberanía comunitaria”.

Polémica

El proyecto de ley  de las Zidres impulsado por el Gobierno nacional fue aprobado  en el Congreso de la República en medio de las críticas del Polo Democrático y otros partidos minoritarios, así como organizaciones campesinas y sociales porque, indicaron, de esta forma se estaría entregando a los grandes productores del campo los baldíos, que por Constitución están reservados a campesinos sin tierras.

Sin embargo, el Gobierno argumenta que la intención de esta ley es desarrollar cerca de 7 millones de hectáreas en zonas apartadas de centros urbanos, en donde la tierra requiera grandes inversiones para empezar a producir, sin infraestructura y vías de acceso, que por lo tanto no sería viable a los campesinos acceder a ellas sin contar con el respaldo de los grandes productores.

“Esta es la ley más audaz de nuestra historia para garantizar el desarrollo del campo. Iniciamos el camino para convertirnos en la despensa de alimentos del mundo”, dijo el jefe de Estado el 29 de enero del año 2016, al momento de sancionar la Ley 1776 de 2016.

En tanto que el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo Bustos, ha señalado que “desarrollar el concepto de asociatividad del campo sí es posible porque hay espacio para pequeños, medianos y grandes capitales para explotar adecuadamente las tierras".

Los proyectos productivos aprobados en las Zidres gozarán de una política de incentivos y estímulos, siempre y cuando vinculen como asociados al pequeño o mediano productor sin tierra. Asimismo facilitarán que los campesinos y trabajadores involucrados en su desarrollo adquieran sus propias tierras.