Andrés Roca, Rey en reapertura de la Santamaría | El Nuevo Siglo
Foto Andrés Rivera
Domingo, 22 de Enero de 2017
Andrés Rivera

El reloj marcaba las 3:30 p.m. y los más de 10.000 aficionados que colmaban la plaza de toros de la Santamaría, impacientes aplaudían. Ya habían esperado cinco años, pero esos minutos de retraso se hicieron eternos. Cuando el presidente ordenó dar inicio al festejo, el público estalló con palmas y olés. Gran desahogo.

La terna, conformada por el español Julián López 'El Juli', el colombiano Luis Bolívar y el peruano Andrés Roca Rey fue ovacionada de pie por los asistentes.

Los toros volvieron a Bogotá y con ellos llegó un ciclón llamado Roca Rey. Un joven que con un valor suicida logró volcar a esa afición ávida de fiesta brava a su favor. Como confirmaba alternativa lidió el toro de la reapertura. Fue emotivo para los taurinos ver salir por la puerta de toriles a Libertad, de 471 kg, que de no ser por la espada le hubiese permitido al limeño cortar una oreja. A pesar de que escuchó un aviso, y tuvo que recurrir al descabello, dio la vuelta al ruedo como premio a una faena llena de emoción, no solo por su contenido artístico sino por su valor simbólico.

Sin embargo, la cumbre llegó en el epílogo de la tarde: Roca Rey brindó su faena a los jóvenes novilleros que hicieron una huelga de hambre para pedir por la reapertura de la Plaza. Con total desprecio por su integridad física, a punta de pases cambiados por la espalda, circulares invertidos, y pegándose el toro a tal punto que despertaba más suspiros que olés, Roca Rey enloqueció a los tendidos. Esa valentía puso a la Santamaría a los pies del peruano, tanto que quizás por eso -y por la euforia de volver- no importó que hubiese pinchado antes de pegar un estoconazo. Público y usía omitieron ese detalle, le otorgaron los dos trofeos y le abrieron la puerta grande. Con Esperanza -que pesó 512 kg- salió a hombros.

La cuota nacional la cumplió, a cabalidad, Luis Bolívar. El diestro colombo-panameño transmitió emoción en sus dos toros. Los paró a ambos con largas cambiadas de rodillas. El torero, que volvió esta temporada después de un “año sabático”, brindó la lidia de su primero a Felipe Negret, el empresario de la Plaza quien además fue el artífice de la tutela que permitió el regreso de las corridas a Bogotá. Bolívar lució firme en la muleta, toreando en redondo y con importantes tandas de naturales. A su primero, tercero de la tarde, le cortó una oreja tras un espadazo algo tendido que fue suficiente para que doblara. Con el segundo de su lote, quinto del festejo, dejó ir la oportunidad de salir a hombros tras malograr con los aceros una faena de alto nivel. El descabello dejó todo en palmas.

La figura de postín, quien abría cartel, 'El Juli', no contó con suerte. Su primero de la tarde, Patasola, con el que regresaba a Bogotá, no sirvió. A pesar de mostrar voluntad, al no lograr sacarle un pase bueno, abrevió el torero español su faena con una estocada efectiva. En su segundo, en donde salió a todo o nada, la suerte le dio la espalda: tras cuajar una faena en la que demostró todo el poderío de su muleta y la gran variedad que tiene con el capote –hizo las famosas lopecinas-, no pudo ser certero con el estoque, a pesar de ser un matador que normalmente no falla. Media estocada y un descabello opacaron la tauromaquia que lo tienen como principal exponente y a Julián López le tocó conformarse con una vuelta al ruedo que dejó sabor a poco.

El coso construido por don Fermín Sanz de Santamaría en 1928 e inaugurado en 1931 volvió a ser epicentro de la tauromaquia en el mundo. En medio de violentas protestas, con el retumbar de petardos en las afueras de la Plaza -que recibieron como respuesta desde adentro un olé-, regresaron los toros a Bogotá tras cinco años de ausencia. La de ayer fue la primera de cinco corridas que van hasta el 19 de febrero.

 

Ficha:

Toros de Ernesto Gutiérrez para los matadores:

Julián López ‘El Juli’: Silencio y vuelta al ruedo.

Luis Bolívar: Oreja y palmas.

Andrés Roca Rey (quien confirmó alternativa): Vuelta al ruedo y dos orejas.