Avalancha de impuestos y abusos | El Nuevo Siglo
Miércoles, 1 de Febrero de 2017

El año  inicia con grandes subidas de impuestos a los precios de artículos de primera necesidad y de abusos de algunas empresas o instituciones financieras o de seguros. En cada factura que ahora llega, se ve reflejado el tres por ciento adicional por concepto del IVA, impulsado por el Ministro de Hacienda y Crédito Público, don Mauricio Cárdenas, y por la complicidad de los Senadores y Representantes endulzados con la reconocida mermelada. El pueblo colombiano tendrá que concientizarse para las próximas elecciones acerca de a quienes otorga su voto, para que los represente en los cuerpos colegiados. Concientizarse para elegir bien, porque en esta ocasión dichos representantes son los causantes de lo que he decidido denominar el ahogamiento de la mayoría del pueblo colombiano.

Y es que ahora no han quedado satisfechos con  esta nueva escalada de impuestos que empezamos a sentir. Además del impuesto a la riqueza, que es como si nos hubieran puesto a pagar arriendo al Estado sobre nuestras propiedades, ahora hasta los seguros han llegado hasta con más del 25% de incremento, aun cuando los automóviles tienen más de cinco años de antigüedad. Anteriormente con cada año que envejecía un carro disminuía el cobro de su seguro, pero ahora se ha resuelto justificar la subida de los precios, no solo de los nuevos sino también de los viejos, en la revaluación del dólar respecto del peso colombiano.

Así es como, de manera insólita y bajo el supuesto de que se han basado en estudios de Fasecolda, se han realizado aumentos, unilateralmente, hasta del 25% en los precios de los vehículos antiguos cuando en el mercado sus precios comerciales en lugar de subir han es disminuido. Ojalá uno pudiera vender sus vehículos por los precios que las aseguradoras los están avaluando. Pero mientras nosotros los particulares desembolsamos más y más en impuestos, estas entidades están multiplicando sus utilidades y el Gobierno no las controla. Me pregunto ¿Dónde está el Ministerio de Hacienda o la Superintendencia Financiera para proteger al ciudadano del común cuando estas cosas suceden?

Qué decir además del nuevo impuesto que refleja una doble tributación de los accionistas de empresas en el reparto de sus utilidades; las empresas pagan impuestos por sus rendimientos operacionales y, ahora, cuando hay lugar a la distribución de sus dividendos, el beneficiario que recibe tiene que pagar nuevamente sobre la base ya descontada. Esto sería inconcebible en un Estado serio y en el que la estabilidad jurídica se garantiza.

Mientras tanto, todos los días se destapa un nuevo escándalo de corrupción y yo aun no entiendo por qué el Gobierno no se dedica a recuperar las enormes cifras de dinero que se han llevado a sus arcas los corruptos en vez de seguir castigando a la clase trabajadora que ha creído y luchado por su país. ¿Hasta cuándo tanta injusticia? ¡Ojo! Lo repito, como siempre lo he manifestado, ¡este pueblo está a punto de reventar! Necesitamos más acción y presencia de Gobierno, represalias contra los corruptos, más apoyo a la empresa generadora de empleo, más estabilidad jurídica y menos acciones de iniciativas contra la clase trabajadora.

Y, para las próximas elecciones, lo que debe tener nuestro pueblo es memoria de aquellos que lo que hacen es estrangular a los colombianos y votar a consciencia para que la situación cambie de una vez por todas.